¿Sabías que?
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GEOLOGÍA Y ORIGEN
La isla está dominada por el volcán extinguido La Caldera, de 127 metros de altura y forma cónica visible desde lejos. La costa presenta formaciones de lava negra, y un cráter submarino cercano atrae a buceadores por sus cuevas y su diversidad biológica.
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PRESENCIA HUMANA Y CONSTRUCCIONES
No hay asentamientos permanentes en la isla. Sin embargo, se conserva una antigua choza de pescadores y el faro de Punta Martiño, construido en 1865. Sigue en funcionamiento y es la única estructura que rompe el paisaje natural e intacto de Isla de Lobos.
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FLORA
En la isla crecen más de 130 especies vegetales. Algunas de ellas son endémicas, es decir, no existen en ninguna otra parte del mundo. El clima árido y el suelo volcánico han creado unas condiciones únicas que han dado lugar a una vegetación muy especial.
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LAGUNA Y ESNÓRQUEL
La laguna de El Puertito es conocida por sus aguas turquesas y su entrada suave al mar. El ecosistema submarino protegido permite observar bancos de peces, erizos de mar y formaciones coralinas haciendo solo esnórquel, sin necesidad de equipo profesional de buceo.
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SUPERFICIE Y PAISAJE
Isla de Lobos tiene una superficie de solo 4,68 km², y se puede recorrer entera en aproximadamente dos horas. En la zona de El Puertito, durante la marea baja, se forma una piscina natural cristalina que recuerda a una laguna, perfecta para relajarse y observar la naturaleza.
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PROTECCIÓN Y ACCESO
Isla de Lobos es una reserva natural estrictamente protegida. El número de visitantes diarios está limitado, y el acceso solo es posible con permiso previo. Estas medidas preservan el ecosistema local y permiten a los visitantes disfrutar del entorno sin aglomeraciones.
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FAUNA – AVES
La isla es un refugio importante para aves migratorias. Durante el invierno, charranes y otras especies acuáticas. Las lagunas tranquilas y las salinas les proporcionan alimento y un entorno seguro donde descansar durante sus rutas migratorias.
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GENTE Y PASADO
En el pasado, la isla sirvió como fuente de sustento para pescadores de Corralejo. Aquí se recolectaban esponjas marinas, se capturaban crustáceos y se extraían sedimentos salinos. Estas actividades cesaron cuando la zona fue protegida, y hoy la gestionan biólogos.